lunes, 6 de julio de 2015

Grecia una vez más, la cuna de la democracia



Los griegos aún sabiendo el futuro incierto que se les puede venir encima, ayer 5 de julio de 2015 eligieron decir NO a la imposición de nuevas medidas de austeridad hacia los más desfavorecidos. Los griegos han llevado a cabo una dura confrontación frente, no sólo a la oposición griega, sino también frente a las instituciones europeas y los partidos socialdemócratas y conservadores de la UE. Como siempre se ha utilizado la política del miedo, amenazando con la expulsión de Grecia de la zona euro y de la llegada del todos los males para la ciudadanía griega. Por el eso el incuestionable triunfo del NO tiene un mayor mérito porque se ha conseguido en la peor de las condiciones. Ha sido el triunfo de la dignidad de la ciudadanía griega frente a la Troika.

A pesar del corralito, a pesar de las amenazas, a pesar de la campaña por el sí de los principales líderes europeos y de los dos principales partidos (derecha y socialdemócratas), los griegos han dicho NO a la troika, no a más recortes, no al callejón sin salida en el que llevan atrapados desde hace ya años. Todos ellos en Europa deberían preguntarse cómo de desesperado tiene que estar un pueblo para respaldar de forma tan clara y contundente a su Gobierno cuando solo pueden sacar 60€ del cajero.

Con un resultado del casi el 62% a favor del NO (#OXI) por un 37% de los partidarios del SI, defendido entre otros por los dos partidos clásicos del escenario heleno (Nueva Democracia y el PSOK), Grecia ha sido el primer pueblo por primera vez en la historia que ha deslegitimado las políticas de austeridad, los dictamines neo liberales, que anteponían la dignidad de las personas y la soberanía de los pueblos a los beneficios económicos, al libre tránsito de capitales y a la especulación financiera. Ayer domingo, los griegos y griegas dijeron que ya está bien de amenazas, que se acabó la época en la que los rescates dados por miles de millones sólo servían para socializar las pérdidas de la banca privada especulativa que bien se afanaba en privatizar los beneficios sacándolos de los países (y Grecia no ha sido una excepción) a paraísos fiscales. Que se acabaron los recortes en los servicios públicos.

Desde las instituciones europeas se había convertido las negociaciones con Grecia en una especie de confrontación desligitimadora del gobierno griego. A la UE y a la Merkel les incomodaba Syriza y Tsipras y por eso las negociaciones sobre el rescate griego se enrocaban para que no pudiera haber acuerdo y eso lo prueba la exigencia de que la austeridad se siguiera cebando sobre las clases más desfavorecidas y no sobre las grandes empresas y las grandes fortunas como pretendía hacer al gobierno griego. Les ha salido mal, muy mal. Hoy Syriza y Tsipras han salido reforzados frente a la intransigencia de la UE y ha salido reforzada la corriente de opinión dentro la UE de que las políticas de recortes no sirve para salir de la crisis económica y que hay que cambiar la política económica.

Este referéndum fue un compromiso claro de Syriza antes de las elecciones generales griegas del pasado enero (además de ser un punto inquebrantable de su tratado constitucional que garantiza las consultas ciudadanas para todo ordenamiento de rango superior que afecte a la ciudadanía). Pero también ha sido un arma de doble filo en las negociaciones por la reestructuración de la deuda, ilegítima, griega que Tsipras y su (ex-)ministro de economía Varoufakis han llevado a cabo frente al muro opresor fascista que representaba a los acreedores. FMI, el BCE, garantes del pago a los bancos alemanes y con la canciller alemana, Ángela Merkel, como cúspide de la pirámide del IV Reich alemán sobre la Europa de los pueblos.

Y no es que Grecia no quiera pagar, es que no puede. Es materialmente imposible que un país pueda devolver una deuda pública del 180% del PIB y esto es algo que era ya evidente hace cinco años, cuando se descubrió que el Gobierno conservador de Nueva Democracia –el mismo partido al que apoyan Merkel y Rajoy– había trampeado las cuentas públicas para ocultar el pastel. El debate no es si Grecia debe o no debe pagar las deudas. Lo que está en discusión es cómo va a dejar de pagar y hay dos opciones: con una quita ordenada o con su salida del euro, que provocaría una devaluación de su nueva moneda y también dejaría a los acreedores parcialmente sin cobrar.

A Grecia se le prometió ya en 2012 que si hacía los deberes se reestructuraría su deuda y podría permanecer en el euro. Y después del mayor ajuste de gasto público de la historia, después de perder el 27% de su PIB, después de que la troika fallase estrepitosamente en todos sus cálculos sobre las consecuencias que provocarían sus recortes, ese compromiso sigue sin llegar para escarnio de la sociedad griega que ha visto reducido en términos terribles su bienestar.

Ahora la troika esperaba que el referéndum fuese la muerte política de Alexis Tsipras. Para desgracia de Angela Merkel y Christine Lagarde no ha sido así. Syriza ha ganado la consulta con mucho más margen del esperado y tiene hoy toda la legitimidad y una posición mejor para aguantar el pulso frente a la troika. Aguantar. Eso no significa que aún hayan ganado, porque lo que Alemania teme no es que se apruebe una quita a Grecia que todos dan por inevitable: es que eso lo consiga Syriza. Y dé mal ejemplo.

Enhorabuena y gracias griegos y griegas por vuestro ejemplo.


Su gobierno les ha dado la posibilidad de pronunciarse, algo que los nuestros no nos han dado –recordemos que en 2011, con nocturnidad y alevosía, #PPSOE y #PartidoPutrefacto cambiaron el artículo 135, sin pedir la opinión a los ciudadanos, dando prioridad al déficit financiero sobre el Estado del Bienestar—. Hoy Grecia ha dado ejemplo, porque a sabiendas de lo que pretendían los poderosos de Europa, no se han dejado humillar y les han hecho frente, por encima de limosnas y de miserables préstamos han ante puesto su orgullo y su honor. Los valores de Grecia han subido unos cuantos enteros en la bolsa de la dignidad. Hoy les han dicho a los prebostes europeos que ellos eligen un gobierno para que les defienda y les gobierne y no para que se arrodille ante la Troika.

Hoy yo también me siento griego, porque este pueblo ha demostrado que es posible rebelarse contra la injusticia, contra la indignidad, contra la esclavitud.


OXI, OXI, OXI a la Europa de los mercaderes y de los poderosos

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