Recuerden, recuerden
el cinco de noviembre
Conspiración, pólvora y traición.
No veo la dehora y siempre es la hora
para evocarla sin dilación
Con esta
frase empieza V de Vendetta. La película del año 2006 y
dirigida por James McTeguie bajo un guión y producción de los
hermanos Wachowski, responsables y creadores de la saga
Matrix, en su momento más espléndido, que vinieron en este caso a
adaptar una novela gráfica de Alan Moore (una más) y que
funcionaba en principio como un nuevo producto hollywoodiense, una
muesca más de producto de consumo y ocio que reniega de la
trascendencia y el despertar de conciencias.
Pero eso
es sólo en principio. V de Vendetta no deja indiferente a nadie.
No puede hacerlo. Y menos en nuestras sociedades de consumo y vacío
del discurso político. De fascismo capitalista demoledor con las
libertades. Y de la respuesta, lógica, soberana y legítima a la
reacción. A la rebelión. Porque la opresión, la corrupción y el
fascismo han de traer de manera indivisible la lucha, el
convencimiento, la propagación de las ideas y los aires de cambio,
libertad e igualdad.
Inspirada
por el personaje histórico de Guy Fawkes, un británico
católico que el 5 de noviembre de 1605 en la Conspiración de la Pólvora intentó volar el Parlamento
para exigir el fin de las persecuciones religiosas, el libreto
original, el de la novela gráfica de Alan Moore presenta la historia
de un anti héroe, V, que surge como un fruto del propio
sistema con la misión y el deseo de salvar de la represión a los
ciudadanos y ciudadanas de una Inglaterra totalitaria fascista de un
futuro próximo y reconocible. Con el paradigma de 1984 de
Orwell, Moore desarrolla una sociedad controlada por un líder
autoritario, Adam Sutler, divinizado bajo el culto a la personalidad
y la fuerza del partido único, Fuego Nórdico (North Fire)
cuya obsesión es “Recordar a todos porque nos necesitan”
para justificar la supremacía del poder fascista, y donde los
habitantes son vigilados por cámaras, reprimidos por policías
secretas y funcionarios turbios y corruptos, donde no existe la
libertad de prensa u opinión y la disidencia se paga con la
desaparición, el presidio y la muerte. El cómic de Moore inspirado
durante el reinado del terror de Tatcher con la ola de
neo-conservadurismo iniciándose y penalizando y desligitimando la
lucha obrera, pronto acaparó el interés de los hermanos Wachowski
en su adolescencia para años más tarde llevarlo al cine, bajo el
escepticismo del autor, un Alan Moore que ya había visto como otras
obras suyas, como La liga de los hombres extraordinarios o
Desde el Infierno habían resultado desdibujadas y
deslavazadas historias poco en común con las obras extraídas de su
pluma y pincel. Al final sentiría la misma desazón por los cambios
en la historia, fruto para dar mayor empaque político e ideológico
a la película, lo que llevaría a un nuevo desazón de Moore con la
industria del cine, no satisfecha hasta la llegada de 300.
Y es que
de esta historia en papel a la filmada en celuloide existen
diferencias argumentales con el único objetivo de dotar mayor
empaque político y de un discurso revolucionario para agitar las
conciencias. Mientras en la novela gráfica de Moore, la
protagonista Evey Hammond es una ingenua muchacha de 16 años que
sale a la calle tras el toque de queda para prostituirse y conseguir
su manutención, en la película se trata de una periodista que
desarrolla tareas de asistencia de producción en la Radio Televisión
pública británica. Esta diferencia argumental permite construir
todo un desarrollo de acontecimientos que sirven para potenciar y dar
altavoz en el filme a las disertaciones de V. Sin embargo, en ambas
versiones se mantiene el origen huérfano de Hammond, con sus padres
desaparecidos y muertos tras las revueltas que sucedieron durante y
tras el ascenso del partido fascista Fuego Nórdico, por su
militancia política y libertaria.
Así
gracias a los contactos y posibilidades profesionales que se
introducen a este personaje, y por supuesto, debido a la implacable y
fantástica interpretación de una Natalie Portman
sobresaliente se dota a la película de un espíritu por el que los
espectadores, al igual que en el alter ego femenino, maduran y
activan políticamente, dejando atrás las cadenas del miedo y
la cotidianidad para adquirir primero la actitud critica, los ojos y
oídos abiertos para desarrollar una consciencia subversiva,
desobediente y que comprende que otra sociedad es posible y
preferible. Y que será con lucha, sacrificios, dolor y rebeldía con
lo que se derrotará el fascismo para que sobresalgan la libertad y
la igualdad.
La
película esta plagada de poderosas escenas: La secuencia de actos
desarrollada en torno al domino de V; la lectura de Hammond de la carta póstuma de Valerie; El juego de Lolita con un
jerarca de la iglesia británica; la detención, rapado del pelo de
Hammond. Su crecimiento en la celda. Las escenas relativas al campo
de Larkhill (con menos sangre y detalle que las dibujadas por Moore).
Su lealtad con una revolución que no empezó ella pero a la que doto
de sentido en la escena final antes de activar el tren con las cargas
explosivas; Mientras miles de personas ataviadas como V rodean el
Parlamento... toda la fotografía y ambientación de la película
sirve a un único propósito: Dotar de simbolismo a la revolución,
al despertar de conciencias.
Este
despertar, que ya hemos contado como surge en el personaje
interpretado por Natalie Portman y con el que los espectadores se
sentirán trasladados, no es el único en el metraje de la película.
El inspector Dascob, pasa de ser un alto cargo dentro del ejecutivo y
del Partido Único, a ser, según desarrolla la investigación para
poner cerco a V, en una especie de poli bueno arrepentido al
descubrir que los terribles ataques terroristas que provocaron la
caída del régimen anterior y la subida del partido fascista y de
Sutler, como líder de la nación no fueron más que parte de la
propia estrategia del partido, complementada con los interés de la
iglesia, de empresas privadas y medios de comunicación de masas.
Pero sin
duda es V (personaje interpretado por el actor australiano
Hugo Weaving, el Agente Smith de Matrix y el Elrond de
El Señor de los Anillos, y que en V de Vendetta SIEMPRE
aparece bajo la máscara de Guy Fawkes, y quien cabe decir no fue la primera opción ya que James Purefoy llegó incluso a interpretar el personaje en varias secuencias que se agregaron al metraje final) quien cimenta toda la
película, así como el discurso y mensaje final. Un personaje, que
al igual que en el cómic, suelta palabras tan afiladas como las
dagas con las que aparece, siempre para cuestionar la realidad, el
sistema y el poder. Respondiendo como un freak acaparador de
la cultura y el arte de todas las épocas pasadas, capaz de volar los
símbolos del régimen fascista al ritmo de la Obertura 1812
de Tchaikovsky. Y por supuesto, también evolucionando para al
final, preso del amor por Hammond, convertirse en un héroe romántico
clásico que da todo lo que tiene, incluso su vida por sus ideales.
En
cuanto a la facturación técnica de la película decir que pese a
venderse como un producto hollywoodiense, se nota en cada trazo la
firma británica de la película. La fotografía es brillante
y realza a cada momento los símbolos tanto de opresión como de
respuesta a esa opresión, así como no podía ser menos la evolución
personal de los personajes principales, paradigma y estereotipos de
una revolución. Jugando con la iluminación las sombras y los planos consiguen sacar expresividad a la máscara de Guy Fawkes componiendo un retrato intenso y veraz a cada momento. Constantemente rodeada por una banda sonora
brillante y apropiada utiliza diversos recursos narrativos para
explicar cada proceso personal (redención, rebeldía,
descubrimiento, putrefacción, supervivencia, etc.) como puedan ser
flashbacks, imaginaciones, fragmentos filmados como parte de
espacios informativos o regresiones tanto al pasado como a la
introspección de los personajes.
Como
conjunto tenemos una película V de Vendetta que es una
interesante reflexión sobre el poder y la reacción del pueblo, la
subversión y la revolución, el sacrificio, y la respuesta ante el
totalitarismo. Promocionada como un blockbuster se aleja de los
tópicos del subgénero para lanzar preguntas al espectador, pero
también certezas. Bombas de relojería que nos hagan pensar y
cuestionarnos nuestra realidad así como dagas que afilen nuestra
conciencia y respuesta social. Por todo ello V de Vendetta se ha convertido en un manifiesto cinematográfico de la lucha contra el sistema de toda una generación y en toda una película de culto contestaria y revolucionaria frente al orden pre-establecido de las cosas y el poder.
Para
terminar dejo el vídeo y el relato de la llamada a la rebeldía de V
a la ciudadanía británica.
- "¡Buenas tardes, Londres!
Permitid que, primero, me disculpe por esta interrupción. Yo, como
muchos de vosotros, aprecio la comodidad de la rutina diaria, la
seguridad de lo familiar, la tranquilidad de la monotonía. A mí,
me gusta tanto como a vosotros. Pero con el espíritu de conmemorar
los importantes acontecimientos del pasado, normalmente asociados
con la muerte de alguien o el fin de alguna terrible y sangrienta
batalla y que se celebran con una fiesta nacional, he pensado que
podríamos celebrar este 5 de noviembre, un día que,
lamentablemente, ya nadie recuerda, tomándonos 5 minutos de nuestra
ajetreada vida para sentarnos y charlar un poco. Hay, claro está,
personas que no quieren que hablemos. Sospecho que, en este momento,
estarán dando órdenes por teléfono, y que hombres armados ya
vienen de camino. ¿Por qué? Porque mientras pueda utilizarse la
fuerza ¿Para qué el diálogo? Sin embargo, las palabras siempre
conservarán su poder, las palabras hacen posible que algo tome
significado y, si se escuchan, enuncian la verdad. Y la verdad es,
que en este país, algo va muy mal, ¿no? Crueldad e injusticia,
intolerancia y opresión. Antes tenías libertad para objetar, para
pensar y decir lo que pensabais. Ahora, tenéis censores y sistemas
de vigilancia que os coartan para que os conforméis y os convirtáis
en sumisos. ¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?
Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán
que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando
un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo. Sé por qué lo
hicisteis, sé que teníais miedo ¿Y quién no? Guerras, terror,
enfermedades. Había una plaga de problemas que conspiraron para
corromper vuestros sentidos y sorberos el sentido común. El temor
pudo con vosotros y, presas del pánico, acudisteis al actual líder,
Adam Sutler. Os prometió orden, os prometió paz. Y todo cuanto os
pidió a cambio fue vuestra silenciosa y obediente sumisión. Anoche
intenté poner fin a ese silencio. Anoche destruí el Old Bailey
para recordar a este país lo que ha olvidado. Hace más de
cuatrocientos años un gran ciudadano deseó que el cinco de
noviembre quedara grabado en nuestra memoria. Su esperanza era hacer
recordar al mundo que justicia, igualdad y libertad son algo más
que palabras; son metas alcanzables. Así que si no abrís los ojos,
si seguís ajenos a los crímenes de este gobierno, entonces os
sugiero que permitáis que el cinco de noviembre pase sin pena ni
gloria. Pero si veis lo que yo veo, si sentís lo que yo siento y si
perseguís lo que yo persigo, entonces, os pido que os unáis a mí,
dentro de un año, ante las puertas del parlamento Y juntos, les
haremos vivir un cinco de noviembre que jamás, jamás nadie
olvidará."
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